Panorámica de una dehesa con una vaca pastando

Un proyecto participativo que generará información y aportará herramientas que mejoren la adaptación de los ciudadanos a los cambios del clima. Pretende además evitar acciones negativas en el medio rural y natural

Es una evidencia que el mundo sufre desde hace décadas lo que denominamos un cambio climático. Existen muchas posiciones sobre cuánto se debe a un natural ciclo de la tierra, y cuánto depende de la acción directa del hombre. En cualquier caso, lo importante es que de estos cambios derivan medidas políticas, económicas y sociales que afectan a todos los sectores.

Las personas vinculadas a la agricultura, la ganadería o la gestión forestal o cinegética, tienen su propia percepción al trabajar a diario sobre el territorio. Consecuentemente, ellos mejor que nadie, por sus conocimientos en muchos casos heredados de padres a hijos, pueden percibir y detallar los cambios que han notado en el clima, en la fauna y la flora, o los derivados de catástrofes como las sequías o los incendios. La ciencia ciudadana y los conocimientos vernáculos de las personas que trabajan o viven en contacto directo con el campo, pueden aportar información valiosa que nos ayude a entender y valorar este complejo problema y los efectos que se derivan de él, a la vez que nos ofrecen propuestas de vida basadas en la experiencia. Todo ello nos ayudará a adaptarnos de una manera eficiente e inteligente.

Desde la Fundación Amigos del Águila Imperial, Lince Ibérico y Espacios Naturales de Carácter Privado, ponemos en marcha el proyecto: Generación de conocimientos y acciones de información, comunicación y formación con implicación de personas y colectivos clave para la adaptación al cambio climático y la prevención de la maladaptación en el medio natural y rural  (FAAI- PESNACC), que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Convocatoria de subvenciones para la realización de proyectos que contribuyan a implementar el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (2021-2030).

Análisis y búsqueda de soluciones

La participación de muchos agentes sociales implicados en el mundo rural generará información, fomentará la comunicación, la formación y la elaboración de propuestas de metodologías y de acciones, para hacer frente a la adaptación al Cambio Climático y la prevención de la maladaptación. Asimismo se implicarán en este análisis y búsqueda de soluciones numerosos propietarios privados de fincas, que participan en proyectos de custodia, gestionan miles de hectáreas de alto valor ecológico en España y generan cientos de puestos de trabajo, y cuyas propiedades y empleados pueden estar afectados o ser vulnerables a los efectos del cambio climático.

Precisamente por el peso que tienen las voces del campo, el proyecto incluye una encuesta dirigida a quienes gestionan directamente las fincas: propietarios, gestores, guardería, etcétera, de manera que puedan contar su experiencia, los cambios que han notado, su percepción de porqué se han producido y las medidas que están llevando a cabo para mitigarlos. Dando voz a quienes pisan el terreno diariamente, se podrá obtener una base científica de gran valor.

Prevenir la maladaptación

Las conclusiones de esta encuesta también permitirán extraer y clasificar algunas acciones que pueden provocar incrementos del riesgo de efectos negativos relacionados con el clima, aumento de la vulnerabilidad o pérdida de bienestar en el presente o en el futuro, principalmente aplicables a la gestión o conservación de espacios naturales de carácter privado y al medio rural. Esto último es lo que se conoce como maladaptación.

Cualquier modificación en el territorio, como las provocadas por el cambio climático, afecta a las personas pero también a las especies que lo habitan, especialmente a las más vulnerables, como las que se encuentran en peligro de extinción, ya que son las que pueden verse más perjudicadas.

La Fundación también llevará a cabo acciones divulgativas para favorecer la comunicación, y de formación, mediante reuniones y encuentros de grupos de trabajo, o la publicación de guías de autodiagnóstico y otros materiales informativos donde se priorizarán las variables ambientales y socioeconómicas aplicables a fincas privadas.

Con el apoyo de: