La Conservación de esos Espacios Naturales de Carácter Privado es la idea fundamental sobre la que pivota nuestro concepto del conservacionismo, un conservacionismo tradicional y derivado de la propia esencia de las cosas como son, y desde hace mucho han sido, lo que ha permitido que lleguen hasta nosotros una serie de territorios intactos precisamente por la acción protectora de sus titulares, cumpliendo así los más exigentes parámetros de un desarrollo sostenible.

No creemos necesario explicar, las ventajas de la explícita declaración de defensa de nuestros Espacios Naturales, porque ello se deriva directamente de la creciente injerencia, no deseada ni  necesaria,  que padecemos a menudo en nuestra modélica gestión demostrada con creces, que ha procurado que dentro de nuestras propiedades privadas se ubiquen los hábitats de variadas especies protegidas y algunas en peligro de extinción.

Hay que tener muy presentes, a las nuevas tendencias comunitarias sobre las subvenciones agrarias en una parte importante, vinculadas a su influencia positiva en el Medio Ambiente y en la Conservación de la Naturaleza, lucha contra la erosión y otros.

Es hoy más esencial que nunca,  la defensa de los usos tradicionales de los espacios naturales protegidos, justificando la compatibilidad de estos usos (caza, pesca, gestión forestal, corcho, pastoreo extensivo, turismo rural…) con la preservación de los propios espacios naturales y de las especies que en ellos habitan.

Igualmente interesante, es la consideración, de que la Fundación es en la actualidad una de las más importantes Entidades de Custodia del territorio de nuestro país, y como tal defiende la conservación, con los derechos dominicales exclusivos de la propiedad y el desarrollo sostenible, mediante la explotación tradicional de los recursos, compatible con el medio ambiente.

La mayor garantía de continuidad y desarrollo de las especies protegidas, provienen de la propiedad privada, y de los sistemas tradicionales de gestión cinegética, ganadera y forestal.

Además donde residen es sinónimo de equilibrio, de buena salud del ecosistema y los propietarios y gestores saben bien que en la importante actividad económica que supone la caza, o la ganadería, el Medio condiciona el éxito, lo que significa que donde no hay cuidado medioambiental no va a haber resultados.

Solo queda que estas ideas, que son las que nos han llevado a constituir nuestra fundación como vehículo necesario para facilitar el entendimiento entre la Propiedad Privada conservacionista, y las Administraciones Medioambientales con sus planes también de conservación, converja en este interés común con el intercambio de apoyos, ayudas y colaboración.

Una idea final para tener en cuenta, sería la derivada de la situación alarmante de contaminación, y la limpieza atmosférica que aportan a la salud y bienestar colectivo, esos miles de hectáreas debidamente gestionadas por unos sensatos propietarios que valoran la importancia económica que supone una correcta actuación en este sentido.